BALÓN INTRAGÁSTRICO





¿En qué consiste?

Existen diferentes tipos de balones (simples, dobles, rellenos de aire, ajustables en volumen e ingeribles sin endoscopia), pero el más habitual es el que aquí se describe.

Se trata de un balón esférico de silicona que se introduce desinflado en el estómago que, cuando ya se ha colocado en su interior se rellena con suero salino (entre 500-600 cc). La superficie del balón es lisa (para reducir el riesgo de erosión mucosa), y muy resistente a los ácidos gástricos.
El balón inflado ocupa parcialmente el estómago y dificulta su vaciado, produciendo una disminución de la sensación de hambre y la aparición de saciedad precoz al comer.
Durante el tiempo que el balón permanece colocado (habitualmente 6 meses, aunque existen balones que pueden dejarse colocados hasta 12 meses), el paciente ha de ir acostumbrándose a modificar sus hábitos dietéticos y la actividad física.



¿Cómo se coloca?

En la mayor parte de casos, la colocación se realiza de forma ambulatoria, habitualmente con sedación profunda controlada por el médico anestesista, pudiendo ser necesaria la anestesia general, en función de las características del paciente.
Todo el procedimiento se realiza mediante control endoscópico, introduciéndose el gastroscopio por la boca. Se realiza inicialmente una exploración del tracto digestivo superior para descartar que no existen lesiones que contraindiquen la colocación, y posteriormente se introduce el balón, que se hinchará con el suero salino (entre 500-600 cc) teñido con un colorante (azul de metileno), para que pueda ser detectado en orina si se produce rotura.
La realización de la técnica no dura más de 20-30 minutos.




¿Cuál es su eficacia?

El balón por si solo no produce pérdida de peso. Será determinante que el paciente adopte cambios en su estilo de vida relacionados con la alimentación y el ejercicio.
El balón le ayudará a ello, pues al ocupar parcialmente el estómago y dificultar su vaciado, produce una disminución de la sensación de hambre y la aparición de saciedad precoz al comer.




¿Tiene efectos secundarios?

En general es una técnica sencilla y segura. Es frecuente presentar náuseas, vómitos y dolor abdominal durante los 2-5 primeros días, pues se producen contracciones gástricas para intentar la eliminación del balón. Posteriormente, la tolerancia es buena en la mayoría de los casos, pudiendo raramente prolongarse estas molestias hasta 3 semanas. En casos infrecuentes, puede ser necesario ingreso hospitalario para tratamiento médico de los síntomas, y raramente puede ser necesaria la retirada precoz del balón ante la ausencia de control de síntomas.




¿Puede ser un procedimiento adecuado para mi?

La indicación más habitual del balón es para pacientes con sobrepeso grado II u obesidad grados I-II (IMC 30-40 kg/m2), pudiendo indicarse ocasionalmente en casos de superobesidad (IMC > 50 kg/m2) previo a la cirugía bariátrica para facilitar la misma, y obesidades mórbidas cuando se desestima la cirugía.

Habrá de descartarse la existencia de contraindicaciones, como trastornos mentales que impidan complementar este procedimiento con el cumplimiento de la dieta, la existencia de cirugía gástrica previa, hernia de hiato de gran tamaño, o trastornos severos de la coagulación.
No obstante, la mejor opción de cada técnica ha de ser valorada a nivel individual, considerando no sólo el peso, si no al paciente en su totalidad, teniendo en cuenta otros aspectos que puedan ayudar a tomar la decisión.


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